Discurso en la apertura de la Mesa Rodonda Finanzas, en la Cumbre del G-20 en Seúl.

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Discurso en la apertura de la Mesa Rodonda Finanzas, en la Cumbre del G-20 en Seúl.

 
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA APERTURA DE LA MESA REDONDA: "FINANZAS", DURANTE LA SEGUNDA SESIÒN DE LA CUMBRE DE NEGOCIOS DEL G-20, EN EL HOTEL SHERATON, EN SEÚL, COREA.

Buenos días a todos y a todas: quiero agradecer la deferencia de poder participar de este encuentro de Finanzas con una introducción para luego dar camino a las conclusiones de los empresarios que han intervenido en esta mesa. Creo que finanzas parecía al principio de la crisis, allá en el año 2008, septiembre fundamentalmente del 2008, como la gran causante del revuelo que generó la caída de Lehman Brothers y todo lo que vino luego.
Me acuerdo muy bien la primera Cumbre del G-20, en Washington, y la Segunda principalmente, en Londres y creo que al cabo del tiempo transcurrido del año 2008, tercer trimestre del 2008 a la fecha, podemos asegurar que lo que fue el primer diagnóstico como una crisis de las finanzas en el mundo, fundamentalmente una crisis financiera, y la necesidad de regulaciones en este sector, ha dado paso a un análisis un poco más profundo de las causas de la crisis que no pueden ser solamente remitidas a un problema de carácter financiero únicamente ubicado en el sector financiero.
Creo que en realidad, esta es mi percepción, al menos, y creo que las cosas que están sucediendo avalan un poco esta reformulación de la crisis de la tesis original es que estamos ante una crisis de carácter estructural donde el capital se colocó más en la escala financiera que en la escala productiva, lo que sumado también a nuevos inbalances, a lo que comúnmente se denominan inbalances de carácter global, han traído un cuadro de un mundo diferente, al que teníamos casi como seguro y certero, en el año 2008, la aparición de nuevos actores, la modificación de los términos de intercambio comercial, es cierto también la falta de regulación en capitales y flujos de capitales que se mueven libremente en el mundo, lo que constituyó - a mi criterio - también un principio de división entre bancos de inversión y bancos comerciales, que también trajo aparejado necesariamente esta, digamos, privilegio del capital en escala financiera y no en escala productiva, son creo varias de las causas que pueden explicar la situación actual.
Sería absurdo localizarla solamente en el sector financiero, pese a que en un primer momento todos tuvimos una tendencia a colocar al sector financiero en el banquillo de los acusados y sostener que era prácticamente el único responsable. En realidad creo que esto exige una reformulación - me parece - de la lógica y del modelo de funcionamiento de la economía global.
Yo planteé en aquella oportunidad, en Londres, donde obviamente la necesidad de fondeo de las instituciones bancarias para evitar un desplome a escala global de los principales bancos del mundo era algo que debía hacerse para evitar lo que había sido la crisis del 30, que producto de haber dejado los bancos, se transformó luego en una gran depresión, que duró casi una década y planteé desde esa oportunidad que era necesario sí fondear los bancos, que podían encontrarse en peligro, pero al mismo tiempo asegurarnos que ese fondeo llegara también a la economía real, de modo tal que las entidades financieras no se sentarán sobre esos recursos y no fluyeran estos a la economía real.
Sosteníamos la necesidad de mantener y de incrementar, inclusive, la demanda agregada; la generación de empleo era vital, y al mismo tiempo también mejorar los salarios, de modo tal de que los mercados internos también actuarán como un colchón frente a las crisis que podrían venir de otros países. Bueno esto originó grandes discusiones; me acuerdo que tuvimos una gran discusión acerca de incluir o no el término de flexibilización laboral - si mal no recuerdo - en la Cumbre de Londres, donde precisamente el presidente Lula, de Brasil y quien les habla fuimos los que nos opusimos terminantemente. ¿Por qué? No eran prejuicios ideológicos, era simplemente el haber pasado mi país por una crisis muy similar, en términos de sector financiero y al mismo tiempo de flexibilización laboral.
La Argentina fue, durante la década de los años 90, una suerte de conejillo de Indias, de lo que se denomina "Consenso de Washington", se denominó porque creo que - en eso sí vamos a estar todos de acuerdo - se terminó el denominado "Consenso de Washington" y es necesario elaborar un nuevo marco teórico, que a mi me parece que eso es lo que necesitamos hoy en el mundo. El desarrollo de un nuevo marco teórico que fije directrices y fije lineamientos muy claros de cómo evitar ahora está - digamos - a flor de piel, en lo que se denomina esta guerra de competitividad a través de devaluaciones, de guerras de monedas, cuando en realidad yo creo que estamos discutiendo sobre qué remedios aplicar pero todavía no hemos llegado a una conclusión de cuál es la verdadera enfermedad y entonces cada uno aplica el remedio de acuerdo con lo que le aconseja su médico personal, normalmente son nuestros ministros de Economía, y entonces aparecen las conflictividades entre los países emergentes, los países en desarrollo, entre lo que es de común.
Por eso digo que donde deberíamos profundizar esencialmente es en entender cuál ha sido la lógica en la que funcionó la economía global hasta el desplome del último trimestre del 2008, y luego si comenzar a discutir los remedios. Yo creo sinceramente que la cooperación, a nivel internacional, debe ser uno de los instrumentos más importantes para abordar la crisis que entrar en guerras de competitividades y tirarse con las monedas por la cabeza la verdad que no lleva a ningún resultado. Creemos que hay que trabajar mucho sobre demanda agregada; hay que trabajar mucho sobre aquellas empresas pequeñas y medianas, grandes generadoras de empleo; que hay que trabajar mucho en mejorar condiciones salariales que permitan activar el consumo porque uno de los principales problemas que tenemos, fundamentalmente en los países en desarrollo, es que no han podido recuperar el nivel de consumo que traían y que por lo tanto entonces constituyen un freno importante al crecimiento de la actividad económica.
Luego, en la última intervención, porque quiero ser muy prudente en la utilización de mi tiempo, quiero contarles finalmente, una vez de escuchar las experiencias a las cuales han arribado ustedes, cuál ha sido la experiencia de nuestro país, fundamentalmente, no solamente en esta crisis del año 2008, sino en lo que venimos arrastrando desde el año 2001, donde se produjo - como todos ustedes saben - el default soberano más importante de la historia argentina, donde precisamente se ubicó en el sector financiero, que no pudo devolver a sus clientes los fondos que éstos tenían depositados.
Por eso creo que es muy importante replantear o redefinir realmente las características de la crisis que en un primer momento todos creíamos que se reducía - vuelvo a repetir - a una cuestión estrictamente financiera y que una buena regulación en materia financiera internacional podría solucionarlo. Creo que estamos ante una densidad mayor que la del sector financiero y esto va a exigir por parte de todos nosotros un abordaje sustancialmente diferente. Por lo tanto, esperamos escuchar las conclusiones y luego finalmente poder intervenir en el cierre de este encuentro.
 Muchas gracias.